perdido en el limbo

Monday, May 07, 2007

La guerra federal

Holas, aquí he transcrito un artículo que salio el día domingo 6 de mayo de 2007 en la revista dominical Oh! #415, que salio junto al diario El Potosí. Luego a continuación hice una reflexión personal:


BREVE HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL 1898-1899

Texto: Gonzalo Sánchez-Sea
Fotos: Archivo y biblioteca nacionales de Bolivia.
Biblioteca de la casa de la libertad.

“La cruenta Guerra Federal o Guerra Civil de 1898 no fue nada mas que un engaño y un fraude urdido por altos dirigentes del partido liberal que, por simple hecho de lograr el gobierno para sí, no tuvieron escrúpulos en mentir, tanto a conservadores y sureños, como a liberales y norteños y a los propios militantes liberales.
Los encarnizados encuentros armados y las extensas reyertas parlamentarias no se libraron por consolidar la capital en Sucre o trasladarla a La Paz, y mucho menos por la federalización de Bolivia, sino simplemente por la ambición de poder; según refieren muchos connotados historiadores.

ANTECEDENTES

La derrota en la Batalla del Alto de la Alianza, que fue el fin de la Guerra del Pacífico, dividió a la población boliviana entre los “pacifistas”, que eran partidarios de recobrar, por los menos, un buen espacio en el litoral perdido y tener un paso autónomo al mar, y “los pacifistas”, que deseaban el fin de la guerra y un acuerdo pacifico con Chile.
Ello originó el nacimiento de dos partidos políticos antagónicos: los guerristas con el partido Liberal y los pacifistas con el Partido Conservador.
Los conservadores, a la cabeza de Aniceto Arce y Mariano Baptista, entre otros personajes, tenían a Sucre como su asiento y habían ganado las últimas elecciones del siglo XIX: Gregorio Pacheco (1884-1888), Aniceto Arce (1888-1892), Mariano Baptista (1892-1896) y Severo Fernández Alonso (1896 adelante).
Los liberales, encabezados por Narciso Campero y Eliodoro Camacho, comandante y jefe de Estado Mayor respectivamente de las fuerzas Perú-Bolivia derrotas en el Alto de la Alianza en 1880, tenían a La Paz como su plaza fuerte tras el triunfo obtenido en las elecciones municipales de ese distrito.
Desde allí, fustigaron a una “insoportable oligarquía que se había entronizado en el gobierno boliviano”, enumerando irregularidades, abusos, conculcación de los derechos, especulación, corrupción política y desquiciamiento del cuerpo social.
Las discrepancias regionales hicieron crisis ante la falta de condiciones culturales, económicas, políticas o ideológicas necesarias para una cohesión nacional.
A este antagonismo político, se sumo la rivalidad regional y social y la susceptibilidad de que Sucre solo tenia 20907 habitantes frente a los 52697 de La Paz.. La Paz, según enarbolaron en ese tiempo- era una ciudad de mayor crecimiento comercial, pero menos aristocrática que Sucre, era una región de mayor rendimiento económico y favorecía en mayor proporcionalidad a las áreas de tesoro publico, que eran destinadas en su mayoría a la construcción de Palacio de Gobierno, edificios públicos en Sucre y puentes en los ríos Pilcomayu y Cachimayu.
La tesis para asentar la sede de gobierno en La Paz fue la necesidad de “atender las relaciones internacionales y la administración interna”.
Hasta el fin de la Guerra del Pacifico, en el año 1880, la sede del Poder Ejecutivo funcionaba donde el presidente de turno se encontraba. Inclusive se llego a decir que la “Presidencia de Bolivia tenia su sede en la cabalgadura del mandón de turno y en el lugar donde el mandatario sofocaba una revolución o asonada”.De ahí que la historia relata que el Congreso desde 1825 hasta 1900 se reunió en 29 oportunidades en Sucre, 20 en La Paz, 7 en Oruro, 2 en Cochabamba y 1 en Tapacarí.
Estos motivos, entre muchos otros, y el triunfo de los liberales en las elecciones municipales en La Paz, desconocidas por el gobierno de Severo Fernández Alonso, fueron el detonante de una corriente incontrolable de disturbios en La Paz, el posterior decreto de un estado de sitio y el desconocimiento al gobierno municipal “impuesto por la fuerza”.

SUCRE CAPITAL DE LA REPUBLICA

El problema de la capitalidad –termino utilizado por primera vez, por el historiador Julio Cesar Velásquez- surgió desde el mismo nacimiento de de Bolivia a la vida independiente, tras el traslado de la sede del congreso de Oruro a Sucre –a partir del Decreto Supremo del Mariscal Sucre, del 9 de febrero de 1825- donde finalmente se resolvió el destino de las provincias del Alto Perú.
Los 39 diputados congregados en el hoy salón principal de la Casa de la Libertad o Salón de la Independencia, mediante Ley del 11 de agosto de 1825 denominaron al nuevo Estado libre como “Republica de Bolívar” y a la ciudad Capital de la Republica y su departamento “Sucre”.
Mediante Ley del 1 de julio de 1826, el Congreso entrego al “Padre de la patria y fundador de Bolivia, Simón Bolívar”, la facultad de designar el lugar donde se erigirían los edificios necesarios para el funcionamiento de los tres poderes del Estado.
“Mientras se levantes los edificios necesarios para el Gobierno y cuerpo legislativo, Chuquisaca se declara capital provisoria de la “Republica”, añadió la norma en aquel entonces.
La falta de recursos económicos para la edificación de la nueva sede capitalina determino que el 10 de julio de 1839, el Congreso Constituyente sancionara la siguiente ley: “La Ciudad de Chuquisaca es la Capital de la Republica conforme a la ley del 11 de agosto de 1825 se llamara en adelante Ciudad Sucre”.

INTENTOS DE FEDERALIZAR BOLIVIA

El presidente Severo Fernández Alonso (1898-1899) estaba convencido de que el gobierno debería poseer una residencia fija. Ese domicilio, por la raigambre histórica y por haber “nutrido los cerebros de nuestra emancipación”, entre otras razones debería ser Sucre, la capital legal de la Bolivia.
Para el efecto, en esos años se aceleraba la construcción del palacio de gobierno, además de puentes y carreteras, en el afán de cohesionar una obra política nacional. A partir de ellos, nación la idea de la “Ley de Radicatoria”, que era considerada como hostil e irritaba al pueblo de La Paz.
El Congreso Nacional inauguro su legislatura el 6 de agosto y transcurrió apacible y dedicado a temas habituales, sin asomarse, ni siquiera por sospecha, la tempestad que no tardaría en desatarse con características catastróficas.
En la sesión ordinaria vigésimo nona, del 26 de septiembre de 1889, el diputado por la segunda sección de Yungas, Isaac Campero, presento a la plenaria un proyecto de ley que insertaba modificaciones trascendentales en la Constitución Política del Estado de 1880, en la que la forma unitaria del Estado era transformada a una republica federal representativa con el nombre de “Estados Unidos de Bolivia”.
Destruyendo la forma de un Estado unitario y pretendiendo la adopción de un Estado federal, la moción decía: “Art.1.-Bolivia, soberana, libre e independiente se constituye en la republica federal representativa.
Art.2.-Los departamentos que constituyen la republica como Sucre, La Paz, Cochabamba, Potosí, Santa Cruz, Oruro, Tarija, Beni y Cobija toman nombre de estados y la nación se denominara Estados Unidos de Bolivia. Art.5.-Los estados de la unión boliviana reconocen recíprocamente sus autonomías, se declaran iguales en entidad política y conservan en toda su plenitud la soberanía nacional.”
De esa manera, la histórica rivalidad entre norte y sur, se acentuó entre las brigadas parlamentarias de Chuquisaca y La Paz, tensionando al extremo el ambiente político, pero la habil pericia propia políticos añejos permitió que esta iniciativa pasara a la comisión respectiva para quedar en el archivo temporalmente.

LEY DE RADICATORIA

La rivalidad entre sucrenses y páceños hizo crisis en los últimos meses de 1898, mas propiamente en la sesión matinal ordinaria cuadragésima sexta del 31 de octubre de 1898, cuando la representación chuquisaqueña integrada por José Maria Linares, Isaac Vicente, Fanor G. Romero, Napoleón García Romero, José Maria Urdinea, Juan Maria Fernández de Córdoba, Nicolás Ortiz, N. Rojas Estensoro y Julio M. Trigo, propuso el proyecto de “Ley de Radicatoria”, que establecía por disposición legal que la permanencia fija del Poder Ejecutivo quedaba en Sucre. La reacción no fue la esperada.
A contrapropuesta, la brigada paceña planteo otro proyecto de ley para el traslado del Poder a Cochabamba.
La propuesta de los conservadores incorpora el amor a la ciudad capital, pero se entremezcla con los intereses económicos e intrigas políticas, propiciados por el coronel y senador Jose Manuel Pando, quien obtuvo el escaño por Chuquisaca gracias a los liberales chuquisaqueños Samuel Oropeza, Valentín Abecia, Ricardo Mujia, Luís Arce Lacaze, Agustín Iturricha y otros mas.
El grupo liberal en el Parlamento apoyaba, supuestamente, la “Ley de Radicatoria” –propuesta por el representante de Sucre Isaac Vicente-, pero solo por considerarla un arma de doble filo para herir al presidente Fernández Alonso, puesto que si esta ley era vetada ofendería y enfurecería a los capitalinos, y si era promulgada, el pueblo paceño se alzaría y pondría sus tropas a ordenes del coronel Jose Manuel Pando.
El 15 de noviembre, en la 58° sesión, la Ley de Radicatoria fue aprobada y se rechazo el proyecto paceño.
Antes, en la quincuagésima séptima sesión del 14 de noviembre de 1898, la brigada parlamentaria abrazo públicamente la causa federativa y nuevamente propuso la estructura de gobierno federal, en la que cada uno de los departamentos de Bolivia debería tener su propio gobierno y manejar sus recursos económicos.
De todas formas, el 19 de noviembre de 1898 la “Ley de Radicatoria” fue lanzada con un texto que rezaba así en sus partes importantes: El Poder Ejecutivo residirá permanentemente en la Capital de la Republica, salvo los casos determinados por la Constitución Política del Estado.




LA REVOLUCION FEDERAL O LA GUERRA CIVIL DE 1898

Tras estos acontecimientos, la brigada parlamentaria paceña se replegó a su región por orden de una junta de gobierno paceña, que recibió a sus representantes con exaltadas expresiones de vítores y aclamación por haber defendido los intereses y derechos de La Paz, dejando en el Congreso otra propuesta de federalizacion.
Deseaban convertirse en un Estado autónomo y, para ello, se propusieron llevar adelante una revolución para derrocar al gobierno de Fernández Alonso.
Del otro lado en Sucre, hubo manifestaciones públicas de apoyo al régimen unitario en medio de condenas a las propuestas norteñas.
Frente a estas pretensiones y con la intención de amedrentar a los federalistas, el presidente Fernández Alonso partió hacia esa región con tres unidades del Ejército acantonadas en Sucre: el Escuadrón Bolívar; el Escuadrón Junín y Husares.
En Challapata se entero que mas de 2000 armas habían sido adquiridas por los rebeldes paceños, lo que hizo comprender que la tarea de apaciguamiento seria dura y difícil. Desconfiando de la lealtad de los paceños al interior del Ejército, los retiro. En cambio, para reforzar a las tropas leales al gobierno, pidio a las autoridades de Sucre que reclutasen voluntarios.
Bajo el mando de la Primera Brigada, con el Batallón 25 de Mayo y Escuadrón Sucre marcharon a la contienda jóvenes de la clase alta, muchos de ellos con sus propias armas sobre el lomo de caballos de su propiedad, mientras que las otras clases sociales eran cobijadas militarmente en la Segunda Brigada con el batallón Olañeta y el escuadrón Monteagudo. Esta efervescencia bélica, se vio reforzada por 13 jóvenes sucrenses residentes en Potosí.
“A la falta de instrucción militar y munición de las brigadas de voluntarios chuquisaqueños, se añadió la hostilidad indígena al mando de Pablo Zarate ‘El temible Willka’, que fue alentado por su belicosidad por el antichuquisaqueño coronel José Manuel Pando, nombrado comandante de las fuerzas federalistas de La Paz”.
Una historia negra de esta contienda bélica la marco, sin duda, el 24 de enero de 1899, cuando las fuerzas de Pando y Eliodoro Camacho, que habían recibido una dotación de armas modernas, atacaron a las fuerzas de Alonso.
El batallón 25 de Mayo y el Escuadrón Sucre, que se dirigían al encuentro de las tropas leales, fueron interceptados por “las tropas de Pando y una numerosa indiada” en la población de Cosmini, donde cayeron heridos 27 soldados sucrenses y 3 sacerdotes que los acompañaban. De nada les valio refugiarse en la iglesia del pueblo de Ayo Ayo, porque fueron salvajemente masacrados dentro del templo.
Al respecto el historiador Alfredo Jáuregui Rosquellas, relata este episodio de esta cruenta guerra fratricida así: “Con rumbo al sur, en carretera desatentada y confusión inmensa, cual correspondía a la inmensa significación del desastre, atravesaban la llanura los vencidos, los heridos, los salvados que al encontrar asilo, que creyeron seguro, en la casa de Dios, en el pueblo de Ayo-Ayo iban a hallar el ara del martirio siendo sacrificados en forma infernalmente bárbara, diabólicamente horrorosa, crispantes por su saña y refinamiento de crueldad. Y allí a la luz crepitante del incendio y al rumor tumultuoso de la muchedumbre alcoholizada y excitada por el vaso de la primera sangre vertida, fueron descuartizados, desmembrados, quemados clavados a los muros, degollados como bestias de sacrificio 27 jóvenes del escuadrón simbólico, que pagaron con la flor de su vida en el error de un ideal extraviado en el tortuoso camino del mas engaño”.
Entre tanto los pueblos de Bolivia, o negaban, como Potosí, entre mofas y silbidos su cooperación al sud, o permanecían impasibles como Santa Cruz y Tarija, o se apresuraban a secundar la revuelta como Cochabamba, Camargo y Tupiza.
El segundo encuentro bélico se concreto dos meses mas tarde, el 10 de abril de 1899. En el Crucero de Paria, murieron 117 hombres y cayeron 120 heridos de ambos bandos tras cuatro horas de combate.
Según refieren libros, 36 prisioneros chuquisaqueños fueron trasladados a La Paz, los derrotados retrocedieron a Oruro, el presidente Fernández Alonso huyo a Chile y los integrantes de las fuerzas chuquisaqueñas retornaron a sus hogares con la amargura de las dos derrotas.

FIN DE LA GUERRA

Esta nueva derrota y la situación que se volvía muy pesada para el pueblo y un comentario que llego a oídos de los chuquisaqueños de que fueron destrozados por los indios y muy pocos fueron los que salvaron la vida, fueron alicientes para incitar a que se detenga esta fratricida contienda.
Y fue José Manuel Pando que hizo la proposición de concordar la paz y detener esta lucha, quien en una misiva escueta pedía poner término a esta guerra civil, la cual fue aceptada por Alonso, estando de acuerdo en detener esta contienda.
Consolidada la revolución, y reconocida por el pueblo boliviano, se procedió a nombrar nuevas autoridades liberales. Ya asentado el gobierno en La Paz, fue el propio general José Manuel Pando quien se encargo de disipar la propuesta paceña del traslado de la capital y el proyecto de federalizacion de la republica.”

Bibliografía resumida:
Roberto Querejazu C. “La mal llamada Guerra Federal”.
Julio Cesar Velásquez A. “Acerca de la capitalidad de la Republica de Bolivia”.
Alberto Rodríguez F. Documentos para la Historia de la Guerra Civil 1898-1899.
Carlos Ponce S. y Ana M. Montaño D. “La Revolucion Federal de 1898-1899”.
Joaquín Loayza: “Agua del Ministerio Numero Cuatro”. Biblioteca de la Casa de la Libertad.
Archivos y Bibliotecas Nacionales de Bolivia.


Reflexión: Hasta aquí tenemos una forma resumida que nos presenta un capitulo casi olvidado de nuestra historia nacional, yo creo que un pasado olvidado es un presente fantasma que se tiene, y como tal es necesario buscar nuestra identidad y nuestro pasado, luego cuando se quiere reestructurar o cambiar algo porque evidentemente no da resultados, debemos conocer las fallas en las que se ha incurrido.
El pasado de nuestra republica, remontados a las ideas libertarias de ciudadanos criollos, mestizo e indígenas inclusive (digo inclusive porque ellos solo buscaban una forma de dejar de sufrir, no necesariamente su libertad; ellos ya eran esclavos del Inca antes de la llegada de los españoles).
Bien lo decía el histórico premier británico Churchill, que la libertad no se la consigue a punta de metralla, y ni siquiera es una prostituta que se la consigue en un esquina. Yo creo que la libertad es un sentimiento indescriptible de amor a lo que queremos, y en lo que creemos, sin que nada nos pueda limitar e impedir ese amor divino.
Pues bien en los albores de nuestra republica, y en esto hay que ser francos, luego de Bolívar y Sucre, el país cayo en manos de caudillos oligarcas de la minería, que solo buscaban enriquecerse con una nación que se pensaba iba a ser una de las mas poderosas de esta parte del continente, ya que aquí habían demasiados recursos mineros, y que en manos de caudillos solo fue banquete de cerdos traidores, que nuestra patria tubo que tener desde su misma fecha de nacimiento.
Luego llego la confederación Perú-Boliviana, con Andrés de Santa Cruz, en la que se plasmaba una realidad social y étnica, solo negada por las pérfidas oligarquías nacionales de la época, y claro también por el eterno enemigo: Chile.
Es así que se disuelve la confederación del Alto y Bajo Perú , y la nación busca rehacerse como un remolino que busca su camino, pero lleno de caos, y tontos en la presidencia como Melgarejo.
Luego vino la guerra con Chile, que por culpa de malditos traidores como el General Campero y el Coronel Pando, perdimos nuestra salida al océano pacífico.
Enseguida se vino el tema de la sede de gobierno, que fue alentada paradójicamente por quienes defendían el federalismo!, y que sus descendientes hoy en día siquiera quieren saber de autonomías, ja! Que ironía de la historia, pero es verdad lo que algunos dicen, de que la mejor juez es la historia, y un lugar que en su tiempo estaba lleno de pillos y oligarcas del estaño, arrebataron por la fuerza la sede de gobierno, a la ciudad capital y por derecho sede de gobierno del país como es Sucre, a la cabeza de uno de los mas siniestros traidores a la patria como el Coronel Pando y en General Campero.
Lo que en su tiempo no debió suceder, aun hoy, queda su vestigio, de errores cometidos por los políticos de la época, los departamentos en conflicto, como también de los demás departamentos que hicieron vista gorda de lo que sucedía, me da pena y rabia por mi ciudad que siendo una ciudad hermana de sucre (solo 3 horas nos separan en carretera) haya preferido la neutralidad, bueno se entiende porque las oligarquías lacras del estaño tenían su base en esta ciudad, y aunque casi nunca Vivian aquí, tenían gran influencia en la población. En Santa Cruz había pasado hace poco el tema del federalismo con Andrés Ibáñez, que fue uno de los pioneros en proponer el federalismo para el país, ese tema aun es levantado por las logias actuales de esa hermosa ciudad, pero lo que pocos saben, o deliberadamente lo quieren negar, es el carácter socialista que Ibáñez quería para Santa Cruz, tanto así que fueron las mismas oligarquías cruceñas las que entregaron al doctor Ibáñez a las autoridades centrales para que sea fusilado, esas oligarquías sabían que el federalismo que planteaba Ibáñez atentaría directamente a sus intereses personales, lo que hoy resulta curioso, es ver levantar el símbolo de Andrés Ibáñez como bandera, por quienes hoy en día son el equivalente de los que le entregaron en su tiempo a las tropas del gobierno. Cabe decir que la figura del doctor Ibáñez era muy importante en su época para el país, tanto así que la noticia de su muerte, trajo tanto dolor que se dice que en la ciudad de Cochabamba, las mujeres se pusieron luto, y colgaron perros muertos en los árboles de las afueras de la ciudad.
Bueno volviendo al punto, por los motivos ya expuestos se entiende que los cruceños hayan hecho la vista gorda ante un tema que ya habían rechazado sus logias.
Es así que los valientes jóvenes chuquisaqueños fueron solos al encuentro de la lacra que tenia el país, asentada en la ciudad de La Paz, y que además tuvieron que enfrentarse a un problema que ya empezaba a hacerse sentir: Los indígenas aymaras.
Que en esa época y aun hoy, son como un montón de roedores, parecidos a los hámsteres, o conejos, o las mismas ratas, en las que si les muestras una zanahoria ellos irán a donde tu quieras, en grupo o todos en uno, como hipnotizados por el color o el olor de la zanahoria; así mismo en su tiempo el traidor Pando convenció al salvaje Willka para que lo colaborara, pero de que manera lo hizo!!! , que bien se ha ocupado el tiempo y las logias liberales de ocultar ese episodio salvaje en las que las hordas aymaras demostraron su entonces y actual condición de casi salvajismo inhumano. Lo cierto es, que el futuro que le espero a Willka no fue tan bueno que lo digamos, porque como todo guante que se desecha cuando deja de servir, Pando lo hizo fusilar.
Ayo Ayo, ese nombre pareciera estar relacionado con la incoherencia humana, si en esa época los aymaras hicieron gala de su salvajismo, hace unos años también en esa misma ciudad quemaron vivo a su alcalde, en lo que ellos llaman “justicia comunitaria” y que el actual gobierno de Evo Morales quiere implementar como forma de justicia alternativa. A tal grado de estupidez estamos llegando?. Con solo decir que para nadie en Bolivia es extraño que históricamente los aymaras, antes de la llegada de los quechuas, se caracterizaran por beber sangre en el cráneo de los jefes de las tribus recién conquistadas.
Lo cierto es que muchas de las posiciones políticas y sociales de ese tiempo, se parecen mucho al actual que vivimos, y en la que una vez mas La Paz es parte del conflicto, y ahora es Santa Cruz la que esta en el otro lado de la balanza, ya que el poder económico y demográfico del país se ha trasladado a esa parte del pais, pero sin que aun haya logrado ostentar una de las fuerzas por las que gano La Paz en la guerra federal, que es el poder político. Ahora, como lo hiciera en su tiempo La Paz con su pedido de federalismo, Santa Cruz pide su autonomía departamental, debido a su poder económico y demográfico que tiene actualmente, y que ahora por el contrario La Paz no lo quiere dar.
La Paz durante muchos años vivió del aporte de todos los demás departamentos, si La Paz es algo hoy y fue algo en el pasado cercano, es gracias a las minas de Potosí, a los barones del estaño asentados en esa inerte hoyada, rehén ahora a punta de palos, piedras y bloqueos por los aymaras de El Alto.
La historia ha dado su veredicto, el robo que hicieron los oligarcas paceños, corruptos que vendieron el litoral boliviano a chile, ayudados por los salvajes aymaras, solo sirvió para que el país se convirtiera en un punto en el abismo, en una paradoja de la paradoja sudamericana, porque el país se edifico sobre una piedra que había suplantado por la fuerza a su ciudad hermana, y que con el tiempo se convirtió en lo que hoy es.
Pareciera que la sede de gobierno cabalga sobre un caballo de oro y prosperidad, como si la mano de midas determinara el punto exacto de donde debe estar el poder político y administrativo de un pobre país como el nuestro, lastima que en cualquier lugar del planeta sean las logias las mas favorecidas.
Hoy es nuestro deber luchar por las autonomías departamentales, pero eso si! Sin que ni un solo centímetro de la madre patria, jamás, sea arrebatada por oligarcas foráneos.
La patria es nuestra, defenderla es nuestro deber, pero los tiempos han cambiado, no podemos negar la rotación del planeta sobre su propio eje y alrededor del sol, hoy en día la realidad son las autonomías, y la capitanía como la sede de gobierno para Sucre, arrebatemos la mamadera centralista que por tanto tiempo alimento la hidra corrupta de la oligarquía paceña, que desde sus padres que la parieron fueron los mas malditos traidores a nuestra nación boliviana.
Hoy debemos luchar por nuestra nueva liberación, la liberación que de una vez y por todas nos libere de la estupidez gobernante, poner coto a que de ahora en adelante ya no quien sea pueda llegar a ser presidente de un pais tan necesitado de gente capaz, y no de infames foráneos demagogos como Melgarejo, Sanchez de Lozada y el propio Evo Morales, solo para dar unos ejemplos.
Todos construyamos nuestra nueva patria, moderna, sin mirar el pasado, pero sin cometer los mismos errores cada día, Potosí dio el mismo origen a la tan amada patria, junto con Oruro. La Paz fue un puente entre el Bajo Perú y el Alto Perú, que puso fin a una guerra entre invasores españoles (de ahí su nombre), fue una gran ciudad que aporto al país con su cultura. Chuquisasca con su capital Sucre, es la hermosa ciudad blanca, capital histórica de nuestra nación que hoy reivindica su sede de gobierno. Cochabamba departamento en la que confluyen todos los caminos del país, es por si decirlo el corazón de nuestra amada patria. Tarija valuarte guardiana del sur país, que decidió pertenecer a Bolivia por su propia decisión, y que resguarda la frontera en las áridas tierras del chaco boliviano. Pando y Beni son el tesoro guardado por la naturaleza como pequeños hijos que empiezan a mirar el sol con aires de autonomía. La patria es hermosa carajo! Es indestructible, cualquiera que tan solo pensara en desmembrarla debería ser colgado en la misma frontera del enemigo como un recuerdo de que los traidores ya no tienen mas a la patria, y que nunca mas pasara la desgracia histórica que nos toco vivir.
Criollos, Mestizos, Quechuas, Guaraníes, Chiquitanos, Mojeños, demás etnias de nuestra amada Bolivia, vivamos juntos como hermanos ya crecidos, de nuestra madre patria, y como tales hijos, debemos tener nuestra propia autonomía, pero jamás de los jamases olvidar a nuestra madre que nos vio crecer.
Con respecto al problema aymara dejémoslo a los paceños, ya que fueron sus ancestros los que entablaron una alianza con ellos, y se valieron de ellos para arrebatar la sede de gobierno a Sucre.
Viva Bolivia!
Viva nuestra amada madre patria!
Viva la autonomía, y el retorno de los poderes a Sucre, ahora!